banner-jpg-grande

¿POR QUÉ SOMOS LO QUE SOMOS?

Una reflexión sobre el momento histórico de la S.C.A.R.E.

Bernardo Ocampo Trujillo
Médico Universidad Javeriana
Profesor Titular Anestesia Universidad de Caldas.
Expresidente S.C.A.R.E. 1977-1979.
Ombredanne de Oro. 1997.

NOTA. Intentar hacer un recuento histórico esquemático de la evolución de la especialidad implica resaltar el papel de algunos de los anestesiólogos que lograron avances con su liderazgo. En este proceso participaron una gran cantidad de especialistas de la anestesia de todo el país, cuyos aportes en convenciones y asambleas aparecen en los documentos históricos. Acepto se me cuestione por no nombrarlos a todos en este escrito.

En una reciente reunión académica a la que asistieron profesionales de la salud de todas las disciplinas, la mayoría afiliados al FEPASDE, alguien me preguntó por qué la Sociedad de Anestesia sobresalía sobre las demás sociedades científicas médicas del país. Restringido por el tiempo, di una respuesta improvisada de los hechos por los cuales creo que nuestra sociedad es ampliamente conocida. El contertulio me invitó a compartir esas vivencias con la comunidad médica. Ese es, precisamente, mi objetivo con el presente escrito.

Los inicios

Para entender el desarrollo de la anestesia y de la Sociedad Colombiana de Anestesia -SCA- (en aquellas primeras épocas) debemos trasladarnos a finales de la primera mitad del siglo XIX, cuando en 1846 William Norton hizo la demostración en la Universidad de Harvard. Sin embargo, en Colombia no existía prácticamente nada en referencia a la cirugía sin dolor y estaba restringida a cirujanos hábiles y veloces, por lo que muchos pacientes preferían el suicidio antes que someterse a los dolores de una cirugía.
Un hecho insólito a la luz de hoy, pero relativamente normal para la época, cambiaría las cosas. A un estudiante que llega tarde a clase, sin ningún conocimiento o experiencia, se le encarga de administrar la anestesia con una mascarilla de Ombredanne: “…Sabe contar, súbale hasta 5 y si deja de respirar, bájele”. Este hecho llevaría al inquieto alumno, Juan Marín Osorio (2), a decidirse aprender sobre anestesia. Para ello, el joven estudiante recurrió a la cloroformista empírica del hospital de la Misericordia la hermana Hermelina (instrumentadora, ortopedista, jefe de enfermería, etc.), quien se convertiría en su mentora y le daría con el tiempo la posibilidad de trabajar como anestesista (1933). Juan Marín, quien recibiría su título de médico años después, fue quien se encargó de desarrollar e impulsar la anestesia en Colombia y en los años 1947 y 1949 organizó los primeros cursos de anestesia (Escuela de Anestesiología del Hospital San José), a los cuales solo se inscribieron señoritas, hijas de médicos la mayoría. En aquel momento, ni los estudiantes ni los médicos, creían que la anestesia pudiera ser una ocupación para profesionales de la medicina y sobre vivir ejerciéndola (1 – 3).

La lucha por surgir y sobrevivir

Hasta ese momento, los cirujanos (general, ortopedista, gineco obstetra, etc.) habían sido los “dueños” de la sala de cirugía, por lo que su comportamiento muchas veces era dictatorial. Generalmente, estaban acompañados de un séquito de personas obsecuentes (instrumentadora, circulante, cloroformista o eteristas), quienes en la mayoría de los casos dependían económicamente de ellos. Con la llegada al quirófano de un nuevo actor, el ¨cloroformista¨ o ¨eterista¨ (como se les llamaba), se desorganizó su concierto, desencadenando así varias luchas internas. Los ejemplos al respecto son numerosos y se pueden evidenciar en frases como: “…no me les haga consulta preanestésica a mis pacientes, eso no es necesario”; “…usted va a estudiar anestesia, ¿va a dejar la medicina?”; “…con el Trilene manejo mi analgesia obstétrica, no me toque mi paciente”; “…yo formulo mi paciente en el postoperatorio”; “…tome esto pesos por sus servicios”, etc. A partir de estas situaciones, comenzaron a surgir posiciones defensivas por parte de los nuevos profesionales en el campo de la anestesia, las cuales aparecen en la “Revolución de las tarifas” en Bogotá (1954) y la” Declaración de Cúcuta” (1962).
Esta lucha y desarrollo fue creciendo poco a poco y en Medellín, personas de la familia Gil (padre e hijo), Samuel Jimenez, Nacianceno Valencia, Marceliano Arrazola, organizaron en 1948 un curso al que se le llamó de “Los 12 apóstoles”, pues que no se creían que pudieran sobrevivir económicamente ejerciendo esta naciente especialidad. En todo el país el problema era el mismo, en Cali esta lucha fue liderada por Roberto Nel Peláez e Isaac del Real; en Cartagena por Horacio Caballero, los hermanos Martinez y Hugo del Toro; en Barranquilla por Manuel Puello y Hugo Franco; en Caldas por Hernán Cuartas y Gustavo Gómez; en Risaralda por José María Zuluaga y Absalón Giraldo; en Cauca por Gerardo Caicedo; en Norte de Santander por Carlos Celis y Rosendo Cáceres y en Santander por Armando MacCornic (6). Todos estos profesionales tenían como objetivo luchar por defender el crecimiento de la nueva especialidad.
Sucedieron importantes hechos que llevaron al desarrollo de esta disciplina, tales como la formación de los primeros médicos en anestesia a cargo del Dr. Gustavo Delgado, quien fundó el Colegio Colombiano de Anestesiología, publicó los primeros tres números de la revista ¨Anestesia¨ e invitó a médicos graduados al primer curso de un año (1954) (6).

La “Sociedad de Anestesiología de Colombia”

En octubre de 1948 llega a Medellín, y posteriormente en 1950 a Bogotá, la misión médica “Unitariam Service Commitee”, ¨Misión Humphreys¨, y en ellas vienen el Dr. Perry Volpito, médico anestesiólogo, quien luego de su recorrido por clínicas y hospitales entregó un demoledor escrito en el que criticaba la anestesia de la época. Juan Marín lo acompañó y de esa amistad surge la idea de la fundación de la ¨Sociedad de Anestesiología de Colombia¨ que se hace realidad el viernes 23 de septiembre de 1949. La Sociedad agrupó anestesistas del altiplano cundiboyacense cuyo primer presidente sería el Dr. Alberto Delgadillo y secretario perpetuo el Dr. Juan Marín, (Figura 1.) (7).

Figura N° 1. Juan Marín Osorio, Pionero de pioneros.
Figura N° 2. Primera Junta directiva: Gustavo Delgado, Pedro Mendoza, Juan Marín, Joaquín Prado, Alberto Delgadillo, José Vicente Sandino, Gustavo Scioville, Hernán Darío Acevedo.

La realidad de la “nueva cirugía” sin dolor creció por todo el país gracias al entusiasmo de sus nuevos actores, los anestesistas, y la información proveniente del extranjero, lo que fue llevando al surgimiento de las sociedades científicas regionales y la consolidación de la sociedad naciente. En octubre de 1956 se realiza el III Congreso Latinoamericano de Anestesiología en la ciudad de Bogotá, presidido por el doctor Aníbal Galindo, al cual asistieron colegas de todo el país. En la convención paralela al congreso se plantea la situación de la Sociedad y finalmente, la personería jurídica de la sociedad creada en 1949 es cedida a esta “nueva” (SCARE) y esa se convierte en “Sociedad Cundinamarquesa de Anestesiología” (SCA).

Figura N° 3. Asistentes al congreso de 1956

Formación del recurso humano en anestesia

El entusiasmo de los cirujanos, que veían que con el apoyo de la anestesia podían hacer “cosas” que antes no podían, influyó en el surgimiento de nuevas posibilidades de desempeño profesional, así como en la formación de nuevos especialistas en el campo de la anestesiología. La anestesia se empezó a ver como una necesidad, tanto así que en hospitales vinculados a las nuevas facultades de medicina como el hospital San Juan de Dios de Bogotá, el San Vicente de Paul de Medellín, el San Juan de Dios de Cali y el hospital Municipal de Manizales, surgió la necesidad de capacitar médicos en este campo, la mayoría de ellas hacia 1958-1959 (6).
En el año de 1953 suceden hechos de gran importancia para la educación médica, tales como la llegada a Medellín de la ¨Misión Laphan¨ para un estudio de la educación médica en Colombia. El informe resultante llevo a motivar a asociarse a siete universidades del país, seis públicas y una privada, para crear la Asociación Colombiana de Facultades de Medicina –ASCOFAME–, organización fundada el 18 de marzo de 1959. Participaron en este proceso las universidades de Cartagena, la Nacional de Bogotá, la de Caldas, la del Valle, la de Antioquia, la del Cauca y la Universidad Javeriana de Bogotá (8).
Las directivas de la nueva organización se trazaron dos objetivos: reglamentar la formación del médico (pregrado) y las especialidades médicas (postgrados). Para lograr esto último, se crearon rápidamente los ¨comités de especialidad¨ para cirugía, medicina interna, gineco obstetricia, pediatría y psiquiatría, consideradas las 5 especialidades básicas. Desde los inicios de la nueva entidad rectora, se iniciaron los contactos para la creación del Comité de Anestesiología a partir del liderazgo de Jaime Casasbuenas, Germán Muñoz de la Universidad Nacional, Samuel Jiménez de la Universidad del Valle, Nacianceno Valencia de la Universidad de Antioquia y Gustavo Gómez de la Universidad de Caldas. No obstante, hubo una férrea oposición de cirujanos que no consideraban la anestesiología como una especialidad, por lo que debieron pasar cinco años para que se diera la creación del comité de la especialidad y la certificación, durante el año 1964, de los primeros 65 especialistas, ahora ¨anestesiólogos¨. Para la época se definieron los requisitos mínimos para organizar posgrados y la certificación de los hospitales como ¨Universitarios¨, para acogerlos.
Aunque será años después, el apoyo de la Sociedad a la formación del recurso humano en los programas de posgrado ha sido constante y sostenido, beneficiando a todos los programas de educación, ¨residencias¨, que se han desarrollado a lo largo de su historia. De gran trascendencia ha sino el haber liderado los ¨Congresos de residentes¨, en los cuales los médicos en formación tienen la oportunidad de presentar sus experiencias investigativas y de interactuar entre ellos, creando fuertes lazos de amistad que trascienden en el tiempo.

Los seminarios de educación.

Con la finalidad de mejorar la enseñanza de las especialidades, la nueva rectora de la educación médica propuso desarrollar los ¨seminarios de educación¨, por los cuales, poco a poco, desfilaron las técnicas de enseñanza clínica en los pregrados y posgrados, se cualifico la docencia, se impulsó la carrera docente y se habló de la investigación como estrategia en cada disciplina. Sin embargo, de nuevo el seminario de anestesia tardó años en poderse organizar y fue gracias al esfuerzo y voluntad de la Junta directiva liderada por José María Silva ¨chepe silva¨ y Humberto Haner de ASCOFAME, así como al compromiso de la Universidad de Caldas y su posgrado en anestesia, el primer seminario se pudo llevar a cabo en el año 1975 en la ciudad de Manizales.
El gremio de anestesiólogos y la Sociedad le han dado especial importancia a estos seminarios, tanto así que a pesar de que ninguna otra especialidad les dio continuidad, los de anestesia siguen creciendo y fortaleciéndose. Hasta el momento, se han celebrado 13 seminarios y como medida para romper las barreras creadas por las limitaciones de tiempo, costo y distancia, los últimos dos seminarios se han realizado con las modernas tecnologías virtuales.
Pero estos seminarios no se han limitado a la formación del especialista y han profundizado en la enseñanza de contenidos anestésicos al estudiante de medicina, con el concepto de que muchas de las técnicas de la especialidad le son útiles en su ejercicio profesional. Entre ellas, la reanimación, el manejo del dolor, el manejo del shock, el paciente crítico, el trasporte de pacientes y otras técnicas, independientemente, de que, en su ejercicio en regiones apartadas, con limitantes de recursos y limitantes de movilización, puedan asumir responsabilidades anestésicas en bien del paciente.

Figura N° 4. Primer Seminario de Educación en anestesia. 1975.

Si bien las decisiones de los seminarios no son demandantes y obligatorias, si es claro que, en cada uno de los 25 postgrados de anestesia existentes hoy, sus actores, (universidades, facultades, postgrados, docentes), han implementado poco a poco las conclusiones y se reconoce la fortaleza de la especialidad impulsada por estas vivencias académicas (8).

La revista.

El año de 1973 se convierte en uno de gran significación histórica, crítico pero positivo a la vez. Se presenta el conflicto con el Seguro Social, un contrato de 16 años con la Cundinamarquesa es cancelado abruptamente y arrastra a una crisis nacional que casi da al traste con todo lo construido. Se celebraba el XI Congreso Colombiano de Anestesiología, el XII Congreso Latinoamericano de Anestesiología y 1a Reunión Extraordinaria del Área del Caribe. La Asamblea de CLASA promulga el Código de Ética y recomienda a los anestesiólogos interesarse por el cuidado intensivo.
Durante el Congreso se fundó la Revista Colombiana de Anestesiología, la cual fue propuesta por el Dr. Jorge Osorio, jefe de Anestesia del Instituto de Cancerología y secretario General de la Sociedad Colombiana, en asocio con los doctores Fernando Vélez y Jaime Marín y con el apoyo financiero de laboratorios Abbott y Parke Davis. Este medio de publicación científico se convirtió en el mayor órgano de difusión de la anestesiología en Colombia; asimismo, abrió un espacio para que los anestesiólogos pudieran comenzar a publicar. Este proyecto editorial impulso la proyección de la anestesiología colombiana en Hispanoamérica.
No es difícil dimensionar el significado de la revista en el contexto del desarrollo de la Sociedad y de la anestesia como actividad médica. La continuidad de sus publicaciones trimestrales en los 30 años de existencia, la creciente calidad de las publicaciones de autores nacionales e internacionales, la amplia indexación en bases de datos internacionales y la publicación bilingüe, son prueba de su importancia e impacto. Las publicaciones de la Sociedad no se han restringido y han dado paso a la aparición de otros órganos de difusión temática de tipo gremial (Infoscare, revista jurídica) que mantienen vivo el espíritu científico de los anestesiólogos.
Salir de la crisis del año 73 no fue fácil, pasaron casi cuatro años de penurias desasosiegos y conflictos que pusieron a la sociedad al borde de su desaparición. Pero resurgió el liderazgo en cabeza de Jaime Herrera Pontón como presidente y renace nuestra Sociedad Colombiana de Anestesia y Reanimación -SCARE- (nombre de la época) para tomar un nuevo impulso hacia el futuro.

Normas de seguridad

La seguridad del paciente antes, durante y después del acto anestésico, ha sido una obsesión de la especialidad y de sus actores, los cloroformistas, anestesistas y después anestesiólogos, y en la presidencia del Dr. Julio Enrique Peña, en 1984, un comité especial redactó las primeras ¨Normas mínimas¨ que han evolucionado positivamente con el tiempo y con los desarrollos científicos de la especialidad. Periódicamente son revisadas, actualizadas, publicadas, socializadas ampliamente y pueden quedar pocas dudas que su implementación en el día a día, son un aspecto fundamental en el ejercicio de la anestesia y en el reconocimiento de la comunidad médica y general (4 – 9).

La Ley 6ª. 1991.

Desde la seccional de Cundinamarca, un grupo de anestesiólogos, liderados por el Dr. Ignacio Ruiz, se empeñaron en impulsar, en el parlamento colombiano, una ley que reglamentara la especialidad y protegiera a sus ejecutores del alto riesgo que implicaba su ejercicio. No era fácil, hasta ese momento solo una especialidad tenía su propia ley, la de radiología, pero el objetivo era proteger a sus actores de los riesgos de los rayos X.
El Dr. Ruiz logro grandes avances, pero de nuevo, un cirujano se opone a su trámite y la ¨engaveto¨ (como se reconoce en el lenguaje parlamentario). Debieron pasar casi 5 años paraque un anestesiólogo santandereano, expresidente de la sociedad, senador de la república, el Dr. Carlos Celis Carrillo, con la persistencia del Ignacio, de Manuel Galindo y de otros anestesiólogos, y el apoyo de una ¨anestesista empírica¨ de Herbeo Tolima, en ese momento senadora, miembro de la Comisión 5ª, Doña Hilda de Jaramillo y otros parlamentarios, se hiciera realidad la aprobación de la ley a finales de 1991 (4 – 9).
La expedición de la Ley 6a, única en Colombia para las sociedades médicas y en Latinoamérica para la especialidad, se ha convertido en uno de los pilares que sustentan e impulsan la Sociedad y la anestesia. Haber soportado los embates dirigidos a suspenderla o modificarla la han fortalecido, y el piso que ella pone al ejercicio exclusivo de la especialidad por médicos y por especialistas, es una garantía del compromiso que ello implica. La reglamentación 5 años después, que quito los reparos que existían y que llevo a la certificación masiva de los anestesiólogos existentes en Colombia, consolidó la validez científica y social de la especialidad.

“Fondo especial solidario para el auxilio solidario de demandas” (FEPASDE) 1993

Al finalizar la década del 80, las reclamaciones jurídicas y demandas frente al ejercicio de la medicina se incrementaron de manera preocupante, aspectos que impactaron negativamente las condiciones de vida y el ejercicio profesional de los médicos. El ejercicio de algunas especialidades médicas se tornó difícil y la alternativa de defensa y protección frente al mercado asegurador relacionado con la indemnización era pobre, puesto que excluía temas como lo penal, lo administrativo y lo ético-disciplinario.
De nuevo, Ignacio Ruiz tiene la idea y asume el liderazgo, redacta un primer borrador que comparte con Juan Manuel Ramírez anestesiólogo y abogado, lo presenta a Manuel Galindo presidente de la Cundinamarquesa, a la Doctora María Eugenia Gómez, Presidente de la Colombiana y en un proceso complejo de análisis estudios e investigaciones finalmente preparan un borrador que pondrían a consideración de la asamblea de la Sociedad en la ciudad de Pasto. …¨abracadabrante¨, inviable, sería la respuesta de algunos de los asambleístas, pero se inicia el proceso de consolidar la idea que se haría realidad finalmente en una asamblea extraordinaria en el año de 1993. Como anécdota y en un momento de incertidumbre y dificultad, Ignacio, Manuel y el asesor asegurador, abogado Gonzalo Peña, dibujaron en una servilleta lo que sería el modelo de trabajo del FEPASDE (4 – 9).
Era una propuesta para proteger a los anestesiólogos que no era bien aceptada, no crecía, pero frustraciones de otros profesionales médicos como la de COMEDAN (Cooperativa médica de Antioquia), llevaron a abrir la puerta para los médicos generales, luego para los especialistas y hoy en día para todo tipo de profesionales de la salud, cubriendo además personal de base como auxiliares de enfermería, camilleros, conductores de ambulancia…

Figura N° 5, La propuesta de FEPASDE en la convención del Pacto, Junta directiva 1991, de izquierda a derecha José María Corella de Pasto, Ignacio Ruiz de Bogotá, Jaime Jabba de Barranquilla, Maria Eugenia Gómez de Medellín, Manuel Galindo de Bogotá, Rafael Macía de Manizales, Arnobio Vanegas de Cali y el expresidente Bernardo Ocampo de Manizales (10).

El FEPASDE protege hoy cerca de 65 afiliados solidarios, fue y ha sido un puntal de la consolidación financiera de la Sociedad, pero a la vez se ha preocupado por proteger los intereses y aportes de sus afiliados.
La consolidación de un grupo de abogados en el nivel central y a lo largo de todas las regionales de la corporación, ha sido no sólo la clave del éxito del proyecto, sino de la seguridad para los afiliados que independientemente de las precauciones que deben tener en su ejercicio profesional, saben que tienen detrás un importante respaldo. Con la participación de la reconocida ¨conciencia jurídica¨ de la Sociedad, el expresidente Rafael Macías Mejía, ese grupo de abogados ha logrado articular los conceptos jurídicos con las situaciones médicas del día a día del anestesiólogo para facilitar su protección, pero, además, ha sido la base de una interacción con los jueces en el mismo sentido, para prevenir y proteger de los riesgos y contingencias de una demanda.

Creando nuevas especialidades y sociedades.

Desde los nacientes programas de especialización, en los nacientes ¨hospitales universitarios¨, los ahora anestesiólogos, fueron poco a poco impulsando el desarrollo de nuevas especialidades para atender a sus pacientes en el día a día. Surge así el Cuidado Intensivo -CI- para la atención del postoperatorio pero luego para el paciente traumatizado y para el paciente críticamente enfermo; surge la especialización del ¨Manejo del dolor¨, inicialmente para el control del dolor post quirúrgico pero que poco a poco se amplía al manejo del dolor obstétrico, el dolor del cáncer y en general del dolor crónico; pero van surgiendo demás nuevas profesiones como la ¨Terapia respiratoria¨ -TR– para el manejo de los pacientes en las UCIs y del paciente pulmonar crónico. En la medida que la anestesia fue fortaleciéndose y desarrollándose, surgieron y crecieron especialidades quirúrgicas a raíz del apoyo para que se pudiera avanzar en la cirugía cardiovascular apoyada por la cardioanestesia, la neurocirugía por la neuroanestesia…
Detrás de todos estos desarrollos estaban anestesiólogos que se fueron especializando en estas nuevas estrategias de atención del paciente y entre ellos, Jaime Casasbuenas en CI, Rafel Sarmiento en CI y TR; Jose Carlos Miranda en TR; Pedro Bejarano y Tiberio Álvarez en ¨Algología¨ y ¨Cuidado Paliativo¨; Eduardo García y Alonso Gómez, el uno con formación en Estaos Unidos y el otro en Francia, que llevaron en sus confrontaciones, al Cuidado Intensivo, a niveles de excelencia en Colombia y Latinoamérica. En todas las regiones del país surgían anestesiólogos dedicados a estas disciplinas, organizaban simposios, cursos, congresos y surgían, con su liderazgo y apoyo, nuevas sociedades científicas: la ¨Sociedad Colombiana del Cuidado Intensivo¨ -ACCI-, la ¨Sociedad Colombiana del Estudio del Dolor¨ -ACED-, la de Terapia respiratoria….

CORPOSCARE 2003

El crecimiento cuantitativo y cualitativo de la sociedad y su fortalecimiento financiero fueron creando la conciencia de la necesidad de otro tipo de apoyos al diario vivir del anestesiólogo especialmente, pero también de los afiliados solidarios del Fepasde. Es elegido presidente el Dr. Mario Granados (QEPD) y recoge las ideas que corren por los corredores de las salas de cirugía y consolida CORPOSCARE que ofertaría:

Figura N° 6. Dr. Mario Granados Sandoval, presidente de la S.C.A.R.E. 2003.

La organización al interior de la ahora S.C.A.R.E. se convierte en un apoyo multifacético muy especialmente para el gremio de anestesiólogos pero que también tiene un impacto muy importante en todas las personas vinculadas directa o indirectamente con la Sociedad. Con la evolución y crecimiento, en el nuevo siglo XXI, se transformaría en ¨CORE Servicios¨ que recoge lo desarrollado e impulsa nuevos servicios a sus afiliados.

El siglo XXI

En la actualidad el ¨edificio¨ se ha construido, sus cimientos son sólidos, la comunidad crece cada vez más y el desarrollo de la especialidad es exponencial desde el punto de vista científico, académico, social y gremial. La fortaleza de la organización es visible y un ejemplo de ello es la participación que tiene en prácticamente todas las actividades de desarrollo y funcionamiento de la salud en el país. La fortaleza de su administración y su liderazgo se siente desde la Dirección General, la Junta directiva y los presidentes que la conducen.
El componente gremial de las actividades de la Sociedad paso en su historia por momentos de desarrollo y abandono con manifestaciones de severas críticas porque se privilegiaban los aspectos de negocios sobre el bienestar del anestesiólogo e inclusive con quejas en editoriales de la revista (Dr. Jorge Osorio). En las últimas directivas, un proyecto de la alta gerencia, de la junta y sus presidentes, se ha centrado en el desarrollo de una propuesta de “Gestión Gremial” programa de visión futura que piensa en él y que se consolida en aspectos como: calidad de vida, Relacionamiento colectivo, Ejercicio digno, Gestión normativa, entre otros. La forma como se trabajó la propuesta, la definición de objetivos concretos, la seriedad del proceso y la rigurosidad de la medición de resultados, auguran una corrección de las falencias del pasado en este campo.
Pero trascendente y de gran significación, la creación, en la convención del año 2023, del “Fondo gremial”, que asegura que esta propuesta no quede en el papel y que trascienda hacia el anestesiólogo, su familia y por supuesto, a los afiliados solidarios.

Visión final.

Este corto recorrido por la historia y por los desarrollos de la S.C.A.R.E. es lo que permite reconocerla como una sociedad científica, académica, gremial y empresarial, que la diferencian de las de sus características en Colombia. Orgullo.

Figura N° 7. Visión actual de la Sociedad
(mirada personal. BOT).

Referencias.

  1. Herrera Pontón, J., Historia de la Anestesia en Colombia. 1999, Bogotá: S.C.A.R.E.
  2. Ocampo Trujillo, B. and J.E. Peña Baquero, Pioneros e ilustres de la anestesia en Colombia. 2012, Bogotá: Sociedad Colombiana de Anestesia y Reanimación. S.C.A.R.E.
  3. Juan Marín Osorio. Pionero de pioneros. En, Pioneros e ilustres de la anestesia en Colombia. 2012, Bogotá
  4. Ocampo Trujillo, B. and J.E. Peña Baquero, Pioneros II y otros temas de la historia de la anestesia en Colombia. 2017, Bogotá: Sociedad Colombiana de Anestesia y Reanimación. S.C.A.R.E.
  5. Ocampo Trujillo, B., 3er período, Los primeros pasos. Historia de la anestesia en Colombia. CRONOLOGÍA. 2016, Sociedad Colombiana de Anestesia y Reanimacipón. S.C.A.R.E.: Bogotá. E-Book.
  6. Ocampo Trujillo, B. and J.E. Peña Baquero. Capítulo III, Formación del recurso humano de anestesia. Pioneros II y otros temas de la historia de la anestesia en Colombia. 2017, Bogotá: Sociedad Colombiana de Anestesia y Reanimación. S.C.A.R.E.
  7. Ocampo Trujillo, B., 4o período. Preinstitucionalización. Historia de la anestesia en Colombia. CRONOLOGÍA. 2016, Sociedad Colombiana de Anestesia y Reanimacipón. S.C.A.R.E.: Bogotá. E-Book.
  8. Ocampo Trujillo, B., 5o período. Institucionalización, preprofenalizaión. Historia de la anestesia en Colombia. CRONOLOGÍA. 2016, Sociedad Colombiana de Anestesia y Reanimacipón. S.C.A.R.E.: Bogotá. E-Book.
  9. Galindo Arias, M. Tres historias notables. Cambios en el tiempo. 2023. Edit. S.C.A.R.E.
  10. Galindo Arias, M. Fepasde: de una utopía a un sueño cumplido. InfoSCARE. INSS-E: 2745-1380.
  11. Ocampo Trujillo, B. and J.E. Peña Baquero. Mario Granado Sandoval, En Pioneros II y otros temas de la historia de la anestesia en Colombia. 2017, Bogotá: Sociedad Colombiana de Anestesia y Reanimación. S.C.A.R.E.
  12. Informe de gestión de los administradores. Capítulo I: Línea de negocio Desarrollo Profesional. Pag. 55 y sig. S.C.A.R.E. 2023.